martes, 26 de junio de 2012

Lecturas en familia: orientaciones para el trabajo de bibliotecarios y docentes de nivel inicial y primario

Por Laura Alonso
Programa Provincial de Lectura
Ministerio de Educación de Chubut



“Leer vale la pena... Convertirse en lector vale la pena... Lectura a lectura, el lector – todo lector, cualquiera sea su edad, su condición, su circunstancia…– se va volviendo más astuto en la búsqueda de indicios, más libre en pensamiento, más ágil en puntos de vista, más ancho en horizontes, dueño de un universo de significaciones más rico, más resistente y de tramas más sutiles. Lectura a lectura, el lector va construyendo su lugar en el mundo.”
 Montes,  Graciela. La gran ocasión: La escuela como sociedad de lectura. 
Buenos Aires: Plan Nacional de Lectura, 2007




La formación de lectores autónomos, activos, críticos y reflexivos constituye una de las responsabilidades más importantes que asume la escuela en todos los niveles de la educación obligatoria ya que, a través de la lectura, los alumnos pueden acceder a la cultura letrada, al mundo del conocimiento y a otros universos posibles; vehículo para elaborar su subjetividad y para constituirse como ciudadanos con derecho a leer e interpretar la realidad desde múltiples voces y perspectivas. En este sentido, Xabier Puente Docampo (2002) plantea que “La escuela sigue teniendo el más importante papel en la animación a la lectura porque son muchos los niños que tienen en ella el primer contacto con el libro y con la lectura”.

Con respecto a esto, desde el Programa Provincial de Lectura Chubut consideramos que “la lectura desde los primeros años de escolarización, constituye una práctica de equidad y justicia, un modo de colaborar en la formación de una ciudadanía activa, capaz de leer el mundo desde las primeras señales y construir un relato propio en compañía de otros/as.” Sin embargo, como bien sabemos, las numerosas y variadas acciones que proponemos desde las escuelas para la formación de lectores, no resultan suficientes ya que la relación singular que establece cada lector con el libro suele estar marcada por las preferencias y experiencias personales; el nivel escolar, la pertenencia social, cultural y geográfica; las representaciones sociales y familiares con respecto a los libros y a la lectura; y, fundamentalmente, el acceso desigual a los bienes culturales.

Por todas estas razones, entendemos que llegar a ser lector (tanto como aprender a serlo) es un proceso de aprendizaje complejo, modelado cultural, social y afectivamente que se produce en contacto con los textos, con otras personas y con otros lectores. Pero, para que este proceso sea posible, es preciso, parafraseando a Puente Docampo, crear lecturas tuteladas que ayuden a los lectores inexpertos a dialogar con los textos, a implicarse emocionalmente con ellos, a ir más allá de lo explícito para descubrir significados ocultos, integrando lo leído con otros textos; a interactuar con otros lectores para encontrar nuevas ideas, razonamientos e hipótesis que inviten a aventurarse en nuevos trayectos de lectura. En ese devenir, poco a poco sus gustos lectores se irán definiendo, afianzando, y expandiendo.

De allí que la lectura en voz alta sirva como ejemplo para evidenciar esa posibilidad de compartir lo que puede ofrecer un texto cuando es leído por una persona que lo hace con cariño, disposición y pasión. Como sostiene Mempo Giardinelli, uno de los impulsores de la lectura en voz alta en las escuelas en Argentina: “La lectura en voz alta es el mejor camino para crear lectores, simplemente compartiendo las palabras que nos vinculan. Compartir la lectura es compartir el lenguaje placenteramente afirmándolo como vehículo de entendimiento, fantasía y civilidad”.

Desde esta perspectiva consideramos que las acciones que llevan adelante los bibliotecarios y docentes en el marco escolar deben ampliarse, vincularse, entrecruzarse y enriquecerse  con el aporte significativo de los padres, los abuelos, los tíos, los hermanos mayores y otras personas del entorno afectivo de los niños y de las niñas ya que la palabra leída, escuchada, comprendida y disfrutada en familia constituye una estrategia mediadora de alto valor afectivo, cognitivo, social y cultural que debemos recuperar y resignificar desde las escuelas para habilitar el acercamiento placentero a los libros y a la práctica de la lectura desde ese “nido emocional” como bien plantea Yolanda Reyes.

En función de todo esto, desde el Programa Provincial de Lectura Chubut proponemos la realización de “Lecturas en familia” a todas las escuelas que quieran sumarse a esta experiencia. Con este fin sugerimos algunas propuestas que pueden concretarse con el apoyo de las bibliovalijas de la Red “Javier Villafañe” que pueden solicitarse en las Bibliotecas Pedagógicas de la provincia. Estas propuestas son:


Formación de familias lectoras

Invitar a las personas del entorno afectivo de los alumnos y alumnas a:

  • Conocer la biblioteca de la escuela para conocer el material bibliográfico, motivándolos a seleccionar textos de su interés, ya sea para realizar lecturas personales o para leerlos en familia. 
         
  • Generar espacios de lectura placentera en familia para compartir un cuento, una poesía, una leyenda regional, fragmentos de una novela o un libro que tenga algún valor sentimental para los lectores. Incluir libros-álbum, libros ilustrados, sin ilustraciones y textos en soportes digitales para leer sus imágenes, interpretarlas, comentarlas y relacionarlas con el texto en la construcción de significados. En estas situaciones, leerán los adultos a los chicos; en otros, los chicos a los grandes; en otros, los chicos entre ellos; y en otros todos juntos al unísono o por turnos. Al finalizar la lectura, conversar sobre lo que han leído o escuchado y lo que les gustaría que les lean en la próxima ocasión. Organizar las lecturas siguientes considerando sus gustos pero, en algunos momentos, los adultos pueden proponer las lecturas que consideren interesantes, cautivantes o provocadoras de otras lecturas.
         
  • Proporcionar a los bebés libros de materiales (cartoné, goma y tela, entre otros), tamaños texturas y colores variados para que los exploren, los descubran y jueguen con ellos. Recitar poemas, cantar canciones, repetir rimas, coplas, trabalenguas y otros juegos del lenguaje en el momento del baño, de la comida, del cambio de ropa, del juego y cuando se los acuna. Leerles libros en voz alta, aún cuando “no entiendan”, antes de ir a dormir o cuando están tranquilos ya que la sonoridad de la palabra hablada tejerá un nido afectivo que perdurará toda la vida entre el niño y el adulto que les canta, lee y cuenta. Estos primeros contactos con los libros construyen un vínculo positivo con la lectura.
         
  • Recuperar la cultura oral familiar para narrar y renarrar los cuentos de la infancia, particularmente aquellas historias que trazan un camino hacia al libro y a nuevos recorridos de lectura. Por ejemplo, narrar la versión popular de “Caperucita Roja” y luego leer distintas versiones de ese cuento desde la perspectiva de los autores actuales.
         
  • Visitar librerías junto a los niños para conocer las novedades editoriales, revisar, seleccionar y hojear los libros expuestos, animarlos a descubrir indicios en los paratextos y a aventurar hipótesis acerca de su contenido; hablar, comentar, intercambiar opiniones y, eventualmente, comprar alguno de su preferencia para leerlo en familia. Con el mismo fin, asistir a ferias de libros y trueque de libros usados.
         
  • Organizar una biblioteca familiar considerando las predilecciones de los adultos, los jóvenes y los más pequeños  en cuanto al material de lectura. Es importante que cada familia tenga su propia biblioteca ya que permite volver al libro cuantas veces se quiera, repetir lecturas, cruzarlas, ampliarlas y expandirlas sin límites.
         
  • Asociarse a alguna biblioteca pública o a clubes de lectores para que la consulta, el préstamo y la lectura de libros se transforme en un acto estimulante para todo el grupo familiar. 
         
  • Regalar libros en las fechas de cumpleaños y en otras celebraciones populares en las que se acostumbra entregar o intercambiar presentes (“Navidad”, “Día de los Reyes Magos”, “Día del niños”, etc.) para transmitir el valor simbólico del libro como sede y domicilio de la fantasía, la belleza, la aventura y los mejores valores humanos. 
         
  • Llevar libros en los viajes, a la consulta médica, a la plaza, al parque o la playa ya que toda situación es buena para compartir una buena lectura en familia.


Formación de mediadores de lectura en el ámbito familiar 
  • Convocar a los padres, tíos, abuelos y otros miembros del grupo familiar  que les interese profundizar la tarea de promover la lectura literaria en el marco del hogarIniciar el taller leyendo algún texto que dé cuenta de la importancia de la lectura en el desarrollo afectivo, cognitivo, social y cultural de los niños y jóvenes de cualquier edad.   
  • Recuperar la biografía lectora de los familiares presentes, invitándolos a recordar quién les leía cuando eran chicos, qué libros les leían, a qué edad aprendieron a leer en forma autónoma, cuáles eran sus textos preferidos, qué huellas dejaron esos libros y esas lecturas en cada uno de ellos. 
        
  • Socializar las experiencias de lectura en una rueda de mate.
  • Organizar una mesa de libros con variedad de autores, ilustradores, géneros, colecciones  y editoriales para que cada lector elija el de su interés. Posteriormente, invitar a explicar por qué cada uno eligió ese libro. Este es un buen momento para que el coordinador del taller introduzca algunos criterios básicos de selección de textos literarios -calidad estética y literaria, variedad, adecuación a los intereses y capacidades de los lectores-; sugiera títulos, autores y editoriales; e incorpore el concepto de “recorrido lector”, explicando por qué es importante que las lecturas se conecten entre sí.
         
  • Invitar a los participantes del taller a hojear los libros, leer las tapas y las contratapas, observar las imágenes y leer el texto en silencio (o algunas partes) para conocer su contenido.
         
  • Armar grupos de trabajo del siguiente modo: mostrar las tapas de los libros elegidos buscando puntos en común entre ellos (autores, ilustradores, géneros, personajes, temas, colecciones…). En el pequeño grupo, reflexionar acerca de las siguientes cuestiones: ¿Cuál es el hilo conductor de los libros elegidos? ¿En qué orden propondrían la lectura de esos textos? ¿Por qué? ¿Qué otros textos incorporarían de la mesa de libros para enriquecer ese recorrido lector o cuáles descartarían? ¿Por qué? Organizar un “recorrido de lectura” y presentarlo al resto de los participantes con el objetivo de contagiar y contagiarse el placer por leer. Para esta tarea, pueden recurrir a la presentación de los paratextos, breves comentarios de los libros o de los autores, lecturas de contratapas o de párrafos significativos del libro u otra estrategia que surja del grupo.
  • Presentar los “recorridos lectores” haciendo referencia al título del libro, el nombre del autor y del ilustrador, la editorial y cualquier otra información que el grupo considere relevante.
  • Reflexionar sobre la experiencia realizada, animando a los familiares presentes a opinar e intercambiar sus vivencias personales en ese sentido y sus puntos de vista acerca de la importancia de incorporar la lectura en familia desde la primera infancia. Antes de la despedida, el coordinador proporcionará listados de libros apropiados para la lectura en familia, direcciones de páginas web y/o recomendaciones bibliográficas sobre qué leer y cómo leer a los niños; e invitará a visitar la biblioteca escolar y/o las bibliotecas públicas cercanas para que conozcan el material bibliográfico disponible.
  • Cerrar el taller con una rueda de lectura invitando a los presentes a leer en voz alta un párrafo significativo del libro que eligió.


Formación de familias leecuentos

El taller de lectura con los familiares de los alumnos y alumnas puede dar lugar a otras experiencias de lectura placentera en el aula, en la escuela y en la comunidad. En este sentido proponemos:

  • Convocar a los miembros del grupo familiar interesados en realizar lecturas literarias en la escuela. Una vez conformado el grupo organizar un taller de lectura para acompañarlos en la selección bibliográfica y en la lectura en voz alta del material.
  • Conversar con los alumnos sobre el sentido de la participación de los familiares en lecturas literarias institucionales.
         
  • Organizar, de acuerdo a los intereses y posibilidades horarias de las familias lectoras, alguna de las siguientes propuestas:
         
  • Ruedas de lectura en el aula o en la biblioteca para fechas especiales del calendario escolar. En estas lecturas se pueden incorporar las voces de los familiares, los alumnos y los maestros e interactuar entre ellos.
         
  • Una lectura diaria a cargo de algún familiar de los alumnos en el momento de inicio o de cierre de la jornada escolar. Para esto se organizará un cronograma anual de lecturas para que puedan participar todos los interesados.
         
  • Momentos de lecturas en el aula o en la biblioteca a cargo de distintos miembros de la comunidad de lectores de la escuela. Cada lector lee a un mismo curso, o sala, durante todo el ciclo lectivo, de manera regular y en una fecha fija -semanal o mensual- con turnos rotativos de acuerdo con un cronograma organizado previamente. El lector puede compartir lecturas en diferentes cursos, si así lo desea.
         
  • Lecturas a cargo de miembros de las familias lectoras en ferias de libros, fogones literarios, recitales de poesía, presentaciones de libros, visitas de autores a la escuela, tertulias literarias, eventos escolares y socioculturales relacionados con la lectura.
         
  • Evaluación de la experiencia con todos los actores involucrados, una vez que haya finalizado el ciclo de lecturas.


Formación de abuelos y abuelas leecuentos
  • Convocar a abuelos y abuelas interesados en leer en la escuela -no es preciso que sean abuelos de los alumnos que concurren a la misma-
  • Apoyarlos en la selección bibliográfica para que preparen previamente sus lecturas.
  • Conversar previamente con los alumnos sobre el sentido de la visita de los abuelos para sensibilizarlos, crear expectativas y resignificar la figura  del abuelo.     
  • Seleccionar textos junto con los alumnos y alumnas para leer al abuelo, elaborar preguntas para hacerle y producciones para compartir (literarias, plástico-visuales, dramáticas u otras de interés del grupo que se relacionen con los libros leídos).
         
  • Realizar una ronda de lectura en voz alta en la que se incorporen las voces de los alumnos, abuelos y docentes. Así, el abuelo que va a leer se integra naturalmente al grupo, lee lo que preparó y escucha leer a los niños, generándose un ida y vuelta de lecturas que enriquecerán a  todos por igual. 
         
  • Organizar un cronograma de lecturas que permita sistematizar la experiencia a lo largo del ciclo lectivo e integrar la presencia de los abuelos leecuentos a la vida escolar.
         
  • Evaluar la experiencia, considerando a todos los actores involucrados.

A todo esto, podemos agregar que las escuelas que logren conformar un grupo de lectores de la tercera edad, que tenga la vocación y el deseo de leer cuentos de manera voluntaria y regular en el ámbito escolar, pueden solicitar al Programa Provincial de Lectura Chubut una capacitación específica que estará a cargo de la referente nacional del Programa Abuelos y abuelas leecuentos de la Fundación Mempo Giardinelli. Estas personas, además de la capacitación, recibirán materiales y libros de muy buena calidad estética para ir al encuentro de los niños con obras literarias que seguramente perdurarán en su imaginación a lo largo de sus vidas.


Otras sugerencias para fomentar la lectura en familia 
  • Promover desde la biblioteca de la escuela el préstamo de libros a los alumnos y a sus familiares apoyándolos para que incorporen en sus lecturas familiares y personales, textos de diversos autores, géneros, colecciones y editoriales ya que es el mejor medio para construir historias lectoras acordes a los intereses de cada uno. 
  • Elaborar carteleras escolares, que estén a la vista de todos, con reseñas literarias, listados de libros o comentarios de lectores recomendando libros de literatura infantil para leer en familia. A modo de ejemplo podemos citar: “los preferidos de los chicos”, “los más leídos de la semana”, “la familia… recomienda…”, “las sugerencias del mes”, “los recomendados del Plan Lectura”, entre otras posibilidades. Los listados de libros se pueden socializar también en las reuniones de padres, en conversaciones informales o enviarlos a través del cuaderno de comunicados. Con este mismo fin se pueden producir folletos, afiches, catálogos, volantes y avisos con la participación de los alumnos y alumnas.
  • Presentar los títulos nuevos de la biblioteca o las novedades editoriales a través de presentaciones de libros, reseñas en carteleras, afiches, volantes y avisos.
  • Armar bibliotecas ambulantes (valijas, bolsas, mochilas, cajas o sobres con libros) para que los alumnos y alumnas las lleven a sus hogares para compartir lecturas en familia. Estas “bibliotecas” pueden circular junto a una bitácora de lectura para que cada grupo familiar recomiende textos a otras familias.

Socialización de experiencias de lectura

Los docentes que quieran socializar las experiencias de lectura que realicen con padres, tíos, abuelos, hermanos mayores u otras personas del entorno cercano de sus alumnos y alumnas pueden enviar por mail, un relato breve y tres fotos para difundir en los blogs y páginas del Plan Provincial de Lectura Chubut. La dirección de envío es la siguiente:

Profesora Laura Alonso, Programa Provincial de Lectura Chubut: lalonsoplanlectura@gmail.com
   

Bibliografía de consulta
ALONSO, Laura y LÓPEZ, Myrna. Lecturas Múltiples en las Salas de Nivel inicial. Dirección General de Nivel Inicial de la Provincia de Chubut y Plan Provincial de Lectura. Rawson, Mayo 2011
ACTIS, Beatriz. ¿Qué, cómo y para qué leer? Un libro sobre libros. Homo Sapiens Ediciones. Argentina, 2002.
CHAMBERS Aidan. El ambiente de la lectura. Fondo de Cultura Económica. Mexico, 2007.
CIRIANNI, G. y PEREGRINA, L. M. Rumbo a la lectura. Buenos Aires: Ediciones Colihue, 2005.
COLOMER, Teresa. Andar entre libros. La lectura literaria en la escuela. Fondo de Cultura Económica. México, 2005.
ESPINOSA ARANGO C: Lectura y escritura. Teoría y promoción. Buenos Aires, Ediciones Novedades Educativas, 1998.
GIARDINELLI, Mempo: Volver a leer. Edhasa. Buenos Aires, 2007.
MONTES, Graciela: La gran ocasión. La escuela como sociedad de lectura. Plan Nacional de Lectura. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Buenos Aires, 2007.
ORTIZ, B. y LILLO, M.: Hablar, leer y escribir en el jardín Infantes: reflexiones y propuestas de escritura y oralidad. Homo Sapiens, Rosario, 2010.
PATTE, Geneviève: Déjenlos leer. Los niños y las bibliotecas. México, 2008.
PENNAC, Daniel. Como una novela. Anagrama Barcelona, 1993.
PERRICONI, G. y DIGISTANI E. Los niños tienen la palabra. Desde la adquisición de la lengua materna hasta el disfrute literario. Rosario: Homo Sapiens, 2008.
PETIT, Michele. Pero ¿y qué buscan nuestros niños en sus libros? Fondo de Cultura Económica. Buenos aires, 2005.
PLAN NACIONAL DE LECTURA. Seminario Nacional La formación de lectores como sustento para la igualdad. Ministerio de Educación. Plan Nacional de Lectura Bs. As. 2010.
PUENTE DOCAMPO, Xabier. Leer ¿para qué? Fondo de Cultura Económica. Buenos aires, 2005.
SAGUIER, Alejandra. “Narración y bibliotecas”. En NAP. Nivel Inicial, Volumen 1, pp. 84-162. Buenos Aires: Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente, 2006
SPINER, Ester. Taller de lectura en el aula. Como crear lectores autónomos. Ediciones Novedades Educativas. Buenos Aires, 2009.


Documentos en línea
PLAN LECTURA: Docentes que dan de leer. Material de reflexión para desarrollo curricular en Escuelas de Nivel Primario. Ministerio de Educación Presidencia de la Nación. En línea: http://plan lectura.educ.ar/pdf/danleer/4-laliteraturainfantil.pdf ;
PLAN LECTURA: Sugerencias para la lectura en voz alta. Material elaborado para Nivel Inicial y Primario. Ministerio de Educación Presidencia de la Nación. En línea: http://planlectura.educ.ar/pdf/lectura_voz_alta_primaria.pdf
PLAN LECTURA: Leer en familia. Ministerio de Educación Presidencia de la Nación. En línea: http://planlectura.educ.ar/pdf/leer_en_familia.pdf
PROGRAMA ABUELAS CUENTACUENTO: Textos útiles.  En línea: http://www.abuelascuentacuento.org.ar/contenido.html
REYES, Y: “Cuando leer es mucho más que hacer tareas. Lectura en la primera infancia”. Leer en la escuela- Artículos. En: www.leerenfamilia.com/escuela_articulo01_yolandareyes.htm




1 comentario:

Centro Ludico Educativo Jugando Aprendo C.A. dijo...

Excelente articulo, debemos fomentar la lectura en casa, que nuestros chiquitos nos vean leer, para que se familiaricen desde un comienzo con los libros.. Es bueno permitirles tener su espacio de lectura donde tengan libros coloridos, llamativos y resistentes su disposicion.. Hay que darle el valor y la importancia que tiene la lectura.